El teletrabajo repunta en España, pero el país aún está lejos de la vanguardia europea. Aunque el número de profesionales que desempeñan su labor al menos de forma ocasional desde casa ha vuelto a crecer en 2024, el avance es insuficiente frente al ritmo que marcan otros países del entorno comunitario. Con una tasa del 14,4%, España sigue a casi diez puntos de distancia de la media europea, situada en el 24,1%.
La Comunidad de Madrid es el gran motor del trabajo remoto en España, con cifras que duplican la media nacional. Cataluña y la Comunidad Valenciana completan el podio, pero con márgenes más discretos. Pese al aumento global, la brecha territorial persiste, y en regiones como Canarias o Navarra el retroceso evidencia un desequilibrio estructural.
Una recuperación desigual y con altibajos
El estudio, elaborado por el centro de estudios del Grupo Adecco, recoge que el 14,4% de los ocupados trabajaron en remoto al menos ocasionalmente durante el cuarto trimestre de 2024. Esta cifra representa un incremento de 0,9 puntosrespecto al mismo periodo del año anterior y marca el nivel más alto desde 2021.
La pandemia fue el gran acelerador del teletrabajo en España. En el segundo trimestre de 2020 —en pleno confinamiento— se alcanzaron los 3,55 millones de teletrabajadores. Hoy esa cifra ha caído hasta los 3,2 millones, consolidando un nuevo suelo que sigue siendo el doble que el registrado antes de la crisis sanitaria.
Europa marca el ritmo
El informe pone en evidencia que el avance del teletrabajo en España se está quedando corto. Mientras en la Unión Europea el 24,1% de los trabajadores ya se conectan en remoto con regularidad, España ocupa el puesto 14 de los 20 países más grandes del bloque. La distancia con economías líderes como Países Bajos (56%) o Suecia (43%) es abismal.
La brecha con la media europea es de 9,7 puntos, y si se compara con el país líder, la diferencia alcanza los 41,5 puntos porcentuales. Incluso respecto a Bulgaria —el país a la cola del ranking— España solo mejora en 11,3 puntos.
Madrid duplica la media y marca el camino
Las diferencias entre comunidades autónomas son notables. Madrid se sitúa como líder absoluto con un 25,5% de teletrabajadores, creciendo 2,8 puntos respecto al año anterior. Cataluña mantiene su segunda posición con un 15,8%, y la Comunidad Valenciana alcanza el 14,3%, confirmando su progresión con 13 trimestres consecutivos de subidas.
Este liderazgo se traduce también en cifras absolutas. Aunque Madrid solo representa el 15,9% del total de ocupados en España, concentra el 25,5% de los teletrabajadores del país. Cataluña, con el 17,7% de los ocupados, aporta el 15,8% de los trabajadores en remoto. Entre ambas, suman más del 41% de los teletrabajadores en España.
El contraste del sur y las islas
Mientras algunas regiones avanzan de forma constante, otras retroceden. Canarias registra la mayor caída interanual, con un descenso de 1,6 puntos, situándose en solo el 8% de ocupados en modalidad remota. También Navarra (-0,8 puntos), La Rioja (-0,8) y Cantabria (-0,1) muestran retrocesos, aunque más suaves.
Este comportamiento refleja una profunda desigualdad territorial en el acceso a modelos laborales más flexibles, vinculada a factores como el tejido productivo, la digitalización y el tamaño de las empresas. En 2022, seis comunidades tenían tasas de teletrabajo por debajo del 9%. Hoy, solo una permanece en esa franja, lo que confirma la tendencia, pero también pone de relieve los desafíos pendientes.
Lo que dicen las empresas
Aunque el trabajo híbrido ha ganado terreno, muchas compañías siguen apostando por la presencialidad. Desde el fin del estado de alarma, algunas multinacionales han limitado el teletrabajo a un día por semana, mientras que otras lo han eliminado por completo.
La legislación también ha influido. El Real Decreto-ley 28/2020, que regula el trabajo a distancia, establece condiciones estrictas para su aplicación voluntaria, y muchas pymes consideran que no están en condiciones de asumir los costes adicionales que implica esta modalidad; y más teniendo en cuenta que son las más afectadas por la subida del salario mínimo interprofesional (SMI).
El reto de la productividad
Uno de los grandes debates en torno al teletrabajo es su impacto en la productividad. Estudios recientes indican que, en entornos bien diseñados, el trabajo en remoto puede aumentar la eficiencia y reducir el absentismo. Sin embargo, también puede generar aislamiento, dificultades en la coordinación de equipos y una pérdida del sentido de pertenencia.
Por ello, los expertos insisten en que no basta con ofrecer la opción del teletrabajo, sino que es necesario desarrollar estrategias integrales que incluyan liderazgo digital, herramientas tecnológicas y formación continua.
Hacia una regulación más moderna
En un contexto europeo que apuesta decididamente por la digitalización y la sostenibilidad, el retraso de España en materia de teletrabajo resulta preocupante. Los sindicatos reclaman una actualización de la normativa para fomentar su adopción, y las patronales piden incentivos que no penalicen a las empresas que apuesten por esta modalidad.
Con el horizonte del 2030 marcado por los objetivos de digitalización de la UE, el impulso del teletrabajo podría ser clave para modernizar el mercado laboral español y reducir las desigualdades territoriales.
Puntos clave
- El teletrabajo en España alcanza el 14,4% en 2024, su nivel más alto desde 2021.
- La media europea es del 24,1%, lo que deja a España casi 10 puntos por debajo.
- Madrid lidera con el 25,5% de teletrabajadores, muy por delante del resto de comunidades.
- Canarias, Navarra y La Rioja registran retrocesos en la adopción del trabajo remoto.
- España ocupa el puesto 14 entre los 20 países más grandes de la UE en penetración del teletrabajo.