La producción industrial española sufre su mayor caída desde noviembre: retrocede un 2,4% en febrero

Los últimos datos del INE confirman el frenazo de febrero en uno de los sectores clave para el crecimiento nacional y revelan desequilibrios que afectan a la recuperación postcrisis

2020 05 21 13:50:10 023
Ada Sanuy

Coordinadora editorial

Actualizado a

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Trabajadores en las instalaciones de la nueva sala de electrónica de SEG Automotive, a 10 de octubre de 2024, en Treto, Bárcena de Cicero, Cantabria (España)

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La industria española ha vuelto a dar señales de alarma. Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la producción industrial cayó un 2,4% en febrero en comparación con el mismo mes del año anterior. Este retroceso, el mayor desde noviembre, confirma una tendencia descendente que ya se dejó sentir en enero, cuando la actividad industrial descendió un 1,3%. En total, dos meses consecutivos de descensos que activan las alertas sobre la salud del tejido productivo del país.

El Índice General de Producción Industrial (IPI) se convierte así en un nuevo indicador del enfriamiento económico que empieza a consolidarse en este arranque de 2025. Aunque algunos sectores específicos ofrecen excepciones positivas, el conjunto de la industria muestra un comportamiento débil que complica las perspectivas para el segundo trimestre.

Bienes de equipo y consumo, los más afectados

El desglose por tipología de bienes deja una fotografía clara: todos los grandes grupos industriales, salvo la energía, mostraron descensos. Los bienes de equipo, destinados a producir otros bienes para desarrollar la actividad propia de una empresa, lideraron la caída con una contracción del 4,7%, seguidos por los bienes de consumo no duradero (-3%), los duraderos (-2,4%) y los intermedios (-1,5%). La única excepción fue la energía, que logró un leve repunte interanual del 0,3%.

Este panorama revela una contracción generalizada tanto en la producción orientada al consumidor como en la que alimenta otras industrias, lo que podría tener efectos en cadena en los próximos meses. El retroceso en bienes de equipo, por ejemplo, suele estar relacionado con una menor inversión empresarial y, en muchos casos, anticipa un enfriamiento de la demanda a medio plazo.

Sectores en rojo: automóvil, refino y calzado

En términos de ramas de actividad, la mayor caída interanual se dio en la fabricación de vehículos de motor, con un desplome del 11%. Un dato especialmente significativo si se tiene en cuenta el peso estratégico del sector del automóvil en la economía nacional.

Le siguen las coquerías y el refino de petróleo (-7,7%), una actividad estrechamente vinculada al consumo energético y a los precios de las materias primas, y la industria del cuero y el calzado, también con un -7,7%. Estos descensos apuntan tanto a factores coyunturales —como la ralentización del comercio global— como estructurales, en un sector en plena transformación hacia nuevos modelos de consumo y sostenibilidad.

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Montaje en una factoría del nuevo modelo de Cupra Fomentor y Cupra León durante una visita guiada a la fábrica de Seat en Martorell, a 27 de junio de 2024, en Martorell, Barcelona, Catalunya (España)

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Subidas puntuales: equipos eléctricos y confección

Frente al tono general negativo, algunas actividades lograron cerrar el mes en positivo. La fabricación de material y equipo eléctrico experimentó un alza del 5,6%, lo que podría reflejar el impulso de proyectos ligados a la transición energética y la electrificación de la economía.

También destacó la confección de prendas de vestir, que creció un 5,1% interanual. Aunque se trata de un sector con un peso relativo menor en el conjunto de la industria, su avance puntual puede estar vinculado a la recuperación del consumo interno o a la consolidación de ciertas exportaciones textiles.

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La confección de prendas de vestir, que creció un 5,1% interanual

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Once comunidades en negativo, con Cantabria a la cola

La caída de la producción industrial no ha sido homogénea en todo el territorio. Once comunidades autónomas registraron cifras interanuales negativas, mientras que solo seis lograron avances.

Asturias se posicionó como la región con mejor comportamiento, con un incremento del 9,2% en su producción industrial, seguida de Galicia (+6%) y La Rioja (+3,6%). En el otro extremo, Cantabria lideró las caídas con un desplome del 9,8%, seguida por Castilla-La Mancha (-7,5%) y Navarra (-6%).

Estas divergencias territoriales evidencian las diferencias estructurales entre regiones y la distinta exposición de sus sectores industriales a la coyuntura nacional e internacional.

Un pequeño alivio mensual

En términos mensuales —febrero respecto a enero—, la producción industrial logró un ligero respiro, con un aumento del 0,7%. Esta subida contrasta con el descenso del 1,2% registrado en enero, y permite albergar ciertas esperanzas de estabilidad a corto plazo.

Por sectores, los bienes de equipo lideraron el crecimiento mensual con un avance del 1,7%, mientras que los bienes de consumo duradero fueron los únicos que retrocedieron en este periodo (-1,3%).

bienes de equipo

Por sectores, los bienes de equipo lideraron el crecimiento mensual con un avance del 1,7%

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Sin embargo, este repunte mensual no compensa la tendencia negativa interanual, que sigue marcando el pulso del sector. Los analistas coinciden en que se necesitarán varios meses de crecimiento sostenido para poder hablar de una recuperación industrial real.

Riesgos estructurales y presiones externas

Más allá de las cifras puntuales, la industria española se enfrenta a riesgos de fondo. La desaceleración de la demanda externa, las tensiones geopolíticas que afectan a las cadenas de suministro y el encarecimiento de los costes de producción siguen siendo obstáculos relevantes.

A ello se suma la incertidumbre sobre la política monetaria del Banco Central Europeo y el impacto que puedan tener futuras decisiones sobre tipos de interés en la financiación de las empresas industriales. La debilidad del sector fabril también tiene implicaciones para el empleo, especialmente en regiones con una alta dependencia del tejido manufacturero.

Perspectivas en un entorno incierto

Con este escenario, las previsiones para el resto de 2025 se mantienen prudentes. Las patronales del sector piden políticas de estímulo específicas, inversiones en digitalización y descarbonización, y un marco regulatorio estable que favorezca la competitividad.

Por su parte, el Gobierno insiste en que los fondos europeos y la apuesta por la industria verde serán palancas clave para reactivar el crecimiento. Sin embargo, la ejecución efectiva de estos recursos sigue siendo un reto pendiente El segundo trimestre será determinante para calibrar si la industria logra estabilizarse o si se consolida la senda descendente iniciada en enero.

Puntos clave

  • La producción industrial cae un 2,4% interanual en febrero, su mayor descenso desde noviembre.
  • Todos los grandes grupos industriales retroceden, excepto la energía, que crece un 0,3%.
  • El sector del automóvil lidera las caídas con un -11%, seguido del refino y el calzado.
  • Solo seis comunidades autónomas registran avances, con Asturias a la cabeza (+9,2%).
  • El repunte mensual del 0,7% no logra frenar la tendencia negativa acumulada.