Joan Rodon (Mataró, 1972) es doctor en Administración de Empresas y desde noviembre de 2022 ejerce como decano de Esade Business School, donde lidera la dirección académica de la institución. Experto en dirección organizacional y transformación digital, ha centrado su investigación en el impacto del cambio tecnológico en las organizaciones. Con una amplia trayectoria académica e internacional, combina la reflexión estratègica con el compromiso por un liderazgo ético e innovador.
¿La misión de una escuela de negocios como Esade sigue siendo formar líderes? ¿O va más allá?
En un mundo marcado por la disrupción tecnológica, la complejidad social y los desafíos globales como el cambio climático, la desigualdad y las tensiones geopolíticas, Esade ha evolucionado para formar no solo directivos y emprendedores, sino también agentes de cambio con una profunda conciencia ética, una mentalidad innovadora y una perspectiva global.
Esade figura entre las primeras posiciones de los rankings internacionales en liderazgo, innovación y emprendimiento. ¿Es su valor diferencial?
El principal valor diferencial de Esade está en combinar excelencia académica, innovación pedagógica y un fuerte compromiso con la responsabilidad y la sostenibilidad. No solo forma líderes en el sentido tradicional, sino que los prepara para afrontar un mundo en transformación, donde las decisiones deben equilibrar éxito empresarial e impacto social.
Lo hace con un enfoque multidisciplinar que conecta gestión, tecnología, ética e innovación. Apuesta por el emprendimiento con impacto y el aprendizaje experiencial para desarrollar habilidades prácticas en contextos de incertidumbre.
Así, refuerza su misión de formar líderes responsables, con visión global y mentalidad progresista, capaces de transformar organizaciones y contribuir a un futuro más sostenible e inclusivo.
¿Qué significa hoy ser líder cuando el pasado ya no sirve como guía?
En un mundo no lineal, caracterizado por la incertidumbre, la volatilidad y la interconexión global, ser líder significa aceptar la complejidad y la ambigüedad como condiciones normales. Ya no basta con seguir modelos preestablecidos; el liderazgo actual exige la capacidad de aprender, desaprender y adaptarse continuamente. Los líderes deben ser exploradores más que gestores, capaces de identificar patrones en el caos, fomentar la experimentación y liderar con visión en escenarios en constante cambio.
Además, el liderazgo en este contexto requiere una mentalidad abierta y flexible, que integre perspectivas diversas y aproveche la inteligencia colectiva para la toma de decisiones. Se trata de un liderazgo basado en la agilidad y la resiliencia, donde el aprendizaje constante y la adaptabilidad son esenciales para navegar en un entorno donde las reglas cambian constantemente.
¿Cuáles son, en su opinión, las cualidades esenciales del líder del futuro?
Los líderes del futuro deberán combinar capacidades analíticas y estratégicas con habilidades profundamente humanas. Entre las cualidades esenciales destacan, la capacidad de comprender y conectar con las experiencias y emociones de los demás, lo que permite generar confianza y fortalecer relaciones en equipos diversos.
Segundo, no se trata solo de oír, sino de comprender, procesar y actuar en función de lo que otros expresan. En un mundo hiperconectado, los líderes deben ser facilitadores de diálogo y aprendizaje mutuo.
Tercero, más allá del éxito financiero o de mercado, los líderes del futuro deberán actuar con un propósito claro, alineando sus decisiones con valores éticos y un impacto positivo en la sociedad.
Cuarto, los líderes tienen que tener pensamiento sistémico. Es decir, deben entender las interdependencias entre distintas áreas, sectores y comunidades es clave para tomar decisiones sostenibles y responsables.
Quinto, liderar conlleva co-crear junto con otros actores, potenciando el talento colectivo y generando impacto a través del trabajo en red.
¿Qué implica liderar ecosistemas más que organizaciones?
El liderazgo conectado implica entender que el poder ya no reside en estructuras jerárquicas, sino en redes de colaboración donde la influencia se distribuye. En lugar de liderar desde la autoridad formal, se trata de construir conexiones, interdependencias y orquestar interacciones entre múltiples actores.
Las organizaciones existen en un entorno dinámico con múltiples stakeholders (clientes, comunidades, gobiernos, startups, universidades, etc.). Los líderes deben ser capaces de generar valor en estos sistemas abiertos.
En un mundo donde el conocimiento está distribuido, las mejores soluciones emergen de la colaboración entre diversas entidades. Los líderes de ecosistemas deben conectar talentos y fomentar sinergias. Deben alinear a distintos actores en torno a un propósito común, generando impacto a través de la acción coordinada.
¿Siguen existiendo barreras para el liderazgo femenino?
Sí, las barreras siguen existiendo, aunque han evolucionado. El “techo de cristal” aún limita el acceso de las mujeres al liderazgo, y surgen nuevos sesgos: la brecha de confianza, la penalización por comportamientos asertivos o la baja presencia en sectores como el STEM.
Las escuelas de negocio tienen un papel clave: pueden redefinir modelos de liderazgo, promover referentes diversos, incorporar la perspectiva de género y colaborar con las organizaciones para impulsar políticas de igualdad y entornos donde la diversidad sea una ventaja competitiva. Creo que la igualdad de género no es solo justicia social, sino también eficacia y sostenibilidad. Las organizaciones diversas toman mejores decisiones, innovan más y generan un mayor impacto positivo.
¿El liderazgo puede enseñarse o es inseparable de la experiencia?
El liderazgo no es una cualidad innata, sino una capacidad que puede desarrollarse a través del aprendizaje y la experiencia. Si bien algunas personas pueden tener predisposición hacia ciertos rasgos de liderazgo, como la comunicación o la toma de decisiones, el liderazgo efectivo se construye con formación, reflexión y práctica.
En Esade, entendemos el liderazgo como un proceso de aprendizaje continuo que combina conocimientos, habilidades interpersonales y experiencia real. No se trata solo de aprender teorías de liderazgo, sino de enfrentarse a situaciones donde los estudiantes deben tomar decisiones, resolver conflictos y movilizar equipos en entornos inciertos. La clave es integrar el aprendizaje académico con experiencias que desafíen al individuo a desarrollar su propio estilo de liderazgo.
¿Cómo trabaja Esade el desarrollo de capacidades personales y relacionales más allá de los conocimientos técnicos?
En Esade, el desarrollo de capacidades personales y relacionales es un pilar fundamental de la formación. Más allá del conocimiento técnico, trabajamos competencias clave como la inteligencia emocional, la resiliencia, la colaboración y la comunicación efectiva.
Esto se logra a través de diversas metodologías como el aprendizaje experiencial, el trabajo en equipos, trabajando el desarrollo del autoconocimiento, y con el mentoring y las sesiones de coaching individual y grupal.
¿Qué lugar ocupa el pensamiento crítico en vuestros planes de estudio?
El pensamiento crítico es una competencia central en los programas de Esade. En un mundo donde la información es abundante pero muchas veces fragmentada o sesgada, formar líderes que sepan analizar, cuestionar y tomar decisiones informadas es más importante que nunca.
Para desarrollar esta capacidad, en Esade aplicamos el análisis de casos complejos; se fomenta la argumentación rigurosa, basada en datos; se desafía a los alumnos a justificar sus posiciones y a identificar sesgos cognitivos en su razonamiento; se integran diversas disciplinas, combinando enfoques de management, humanidades, tecnología y ciencias sociales para que los estudiantes desarrollen una visión más amplia y crítica del mundo.
En una cultura obsesionada con la acción y los resultados, ¿cómo se puede enseñar a los futuros líderes a pausar, observar y reflexionar?
El liderazgo no solo consiste en actuar con rapidez, sino también en saber discernir antes de tomar decisiones. En Esade, inspirados en la tradición jesuita del discernimiento, enseñamos a nuestros estudiantes a integrar la reflexión como una herramienta estratégica en su toma de decisiones.
El discernimiento implica un proceso consciente de pausa, observación y evaluación, que permite identificar no solo la mejor opción desde un punto de vista racional, sino también la más alineada con valores éticos y un propósito mayor. En este sentido, el liderazgo requiere saber equilibrar acción y reflexión, urgencia y prudencia.
¿Cómo preparáis al alumnado para gestionar la obsolescencia del conocimiento y adaptarse continuamente al cambio?
En un mundo donde el conocimiento se vuelve obsoleto rápidamente, la clave no es solo lo que se aprende, sino cómo se aprende. En Esade, preparamos a los estudiantes para la adaptabilidad y el aprendizaje continuo, donde la exploración y la experimentación son fundamentales.
Preparamos a personas con capacidad de actualizarse constantemente, de reinventarse y prosperar en un entorno en constante transformación.
El principal valor diferencial de Esade está en combinar excelencia académica, innovación pedagógica y un fuerte compromiso con la responsabilidad y la sostenibilidad.
Esade
¿Cómo se forma a personas capaces de liderar en entornos globales, multiculturales y fragmentados?
Formar líderes globales requiere desarrollar una mentalidad abierta, adaptable y con habilidades para comprender y conectar con diversas realidades. En Esade, fomentamos esta capacidad a través de experiencias internacionales, diversidad en el aula, aprendizaje basado en retos reales y una formación en valores.
Programas de intercambio, programas duales con universidades internacionales, colaboración con empresas globales y casos prácticos ayudan a los estudiantes a desarrollar comunicación intercultural, pensamiento estratégico y una visión ética del liderazgo.
¿Qué papel juega la sostenibilidad en la construcción de modelos de liderazgo con impacto real?
La sostenibilidad es un pilar fundamental del liderazgo con impacto, ya que las decisiones empresariales deben equilibrar crecimiento, responsabilidad social y medioambiental. Un liderazgo sostenible implica visión a largo plazo, integración de criterios ESG, fomento de la innovación en modelos de negocio y un fuerte compromiso ético. En Esade, promovemos una educación que capacita a los líderes para transformar organizaciones y afrontar los desafíos globales con un enfoque responsable.
Europa atraviesa un momento de inestabilidad política y económica: ascenso de la extrema derecha, tensiones migratorias, aumento del gasto en defensa... ¿Qué papel debe jugar el liderazgo económico ante este nuevo escenario?
Vivimos un momento de incertidumbre marcado por una creciente inestabilidad geopolítica, con conflictos en diversas regiones del mundo y una amenaza real que pone en riesgo la estabilidad global. Esta situación exige un liderazgo capaz de gestionar tensiones internacionales, proteger los valores democráticos y garantizar la seguridad sin renunciar a la cooperación y el progreso.
La necesidad de invertir en defensa es innegable, pero debe ir acompañada de una apuesta por la diplomacia, la innovación tecnológica y el desarrollo sostenible para construir un futuro más seguro y equilibrado. En este contexto, las empresas y las instituciones educativas tienen la responsabilidad de formar líderes con visión estratégica, resiliencia y un fuerte sentido ético para afrontar estos desafíos.
¿Qué papel puede desempeñar el liderazgo económico en la relación entre Cataluña y España en este nuevo ciclo político y social?
El liderazgo económico puede actuar como puente en este nuevo ciclo político y social e inspirar nuevas formas de colaboración. Desde una perspectiva universitaria, entendemos el liderazgo económico no solo en términos de cifras o crecimiento, sino como una capacidad para generar valor compartido, cohesión social e innovación sostenible.
El liderazgo económico moderno debe ser inclusivo, integrador y orientado al bien común. Cataluña ha sido históricamente un motor económico y emprendedor. Esta condición no es casual, sino fruto de una combinación de factores que han consolidado una cultura empresarial dinámica, un tejido industrial robusto, un ecosistema emprendedor innovador y un fuerte compromiso con la internacionalización.
¿Cuáles diría que son hoy los sectores estratégicos para el presente y el futuro de la economía española? ¿Dónde deberían fijarse los nuevos líderes?
Los sectores estratégicos que definirán el futuro de la economía española incluyen la transición energética, la biotecnología y salud digital, la tecnología e inteligencia artificial, la industria creativa, el turismo sostenible y la agricultura tecnológica. Los nuevos líderes deben enfocarse en estos ámbitos con una mentalidad innovadora, integrando sostenibilidad, digitalización y responsabilidad social para garantizar un crecimiento económico sólido y con impacto positivo en la sociedad.
¿Cómo ha cambiado el perfil del estudiante que llega a Esade en los últimos años?
El perfil del estudiante que llega a Esade ha cambiado notablemente en los últimos años, volviéndose más internacional, diverso y con una visión más global. Hoy en día, nuestros alumnos provienen de una mayor variedad de países, culturas y trayectorias académicas, lo que enriquece la experiencia de aprendizaje y fomenta el intercambio de perspectivas.
¿Qué innovaciones educativas estáis aplicando para responder a los desafíos actuales?
Para afrontar los desafíos actuales, en Esade hemos incorporado más metodologías activas de aprendizaje, simulaciones empresariales, proyectos en colaboración con empresas y laboratorios de innovación. Además, la inteligencia artificial y la analítica de datos se han integrado en el currículo para potenciar la toma de decisiones basada en evidencia. También fomentamos el desarrollo de habilidades humanas como el pensamiento crítico, la adaptabilidad y el liderazgo colaborativo, preparando a nuestros estudiantes para un entorno empresarial en constante transformación.
¿Cómo se combina la tecnología con una formación humanista?
Nuestro enfoque no es solo técnico. Acompañamos la innovación con reflexión crítica, formación ética y conciencia del impacto social. La transformación digital no puede separarse de los valores.
La inteligencia artificial y el análisis de datos ya forman parte del día a día de muchas organizaciones. ¿Qué peso tienen estas herramientas en la formación que ofrecéis?
La inteligencia artificial y el análisis de datos ocupan un lugar central en la formación de Esade, no solo como herramientas técnicas, sino como elementos estratégicos para la toma de decisiones en cualquier ámbito empresarial. Los programas incorporan formación en IA aplicada a los negocios, machine learning y analítica avanzada, combinando conocimientos técnicos con un enfoque crítico sobre su impacto en la sociedad.
Además, promovemos el desarrollo de competencias en el uso responsable y efectivo de estas tecnologías en múltiples disciplinas. Además, en los últimos años hemos lanzado un programa de grado específico en IA en el entorno de los negocios.
¿Qué medios de comunicación, diarios, podcasts o libros consulta habitualmente? ¿Qué recomendaría a un/a joven que quiera desarrollar una mirada crítica y global?
Leo habitualmente medios como The Economist, Financial Times, The Guardian y The New York Times para seguir la actualidad económica y política global. También sigo MIT Technology Review para estar al día en innovación y tecnología. A un joven que quiera desarrollar una mirada crítica le aconsejaría leer ampliamente, confrontar distintas perspectivas y cultivar la curiosidad intelectual más allá de su disciplina.
¿Qué papel deben tener las escuelas de negocios en el debate social y económico del presente? ¿Qué actor es hoy Esade?
Las escuelas de negocios tienen la responsabilidad de contribuir activamente al debate social y económico, no solo formando líderes, sino también generando conocimiento relevante para los grandes desafíos globales.
Esade asume este rol con un enfoque humanista y progresista, promoviendo un modelo de liderazgo que integra la sostenibilidad, la transformación digital y la ética en la toma de decisiones. Nos vemos como un actor que conecta el mundo académico con el empresarial y el social, facilitando el diálogo y la búsqueda de soluciones innovadoras.
Finalmente, ¿qué consejo le daría hoy a alguien que aspira a liderar una organización en los próximos años?
Le diría que cultive la capacidad de aprender continuamente y de adaptarse a la incertidumbre, porque el liderazgo ya no consiste en seguir modelos preestablecidos, sino en navegar la complejidad con agilidad y propósito. Que desarrolle una visión sistémica, entendiendo los impactos económicos, sociales y ambientales de sus decisiones.
Y sobre todo, que combine la ambición con la humildad: el liderazgo efectivo no se basa en imponer, sino en conectar, escuchar y movilizar talento hacia un propósito común.