El oro ha vuelto a brillar este lunes tras superar los 3.261 dólares por onza durante la madrugada, marcando un nuevo máximo histórico. Aunque a media jornada su cotización retrocedía hasta los 3.239 dólares —un 0,16 % menos que en la apertura—, el balance anual sigue siendo alto: el metal se ha revalorizado un 38 % en los últimos doce meses y un 20 % en lo que va de 2025.
Goldman Sachs ha elevado sus previsiones para el oro, pronosticando que podría alcanzar los 3.700 dólares este año y los 4.000 en 2026. El oro ha vuelto a ser un refugio seguro en medio de la incertidumbre económica y los temores a una recesión. A pesar de los altibajos en su cotización, sigue siendo una opción atractiva para los inversores que buscan estabilidad en tiempos de inestabilidad.
Las previsiones se disparan: 4.000 dólares en junio de 2026
Este mismo lunes, Goldman Sachs ha actualizado sus previsiones sobre el precio del oro. En su nuevo informe, el banco de inversión estadounidense estima que los futuros del metal cerrarán 2025 en los 3.700 dólares por onza, frente a los 3.300 que había proyectado anteriormente. Además, anticipa que en junio de 2026 el precio alcance los 4.000 dólares.
Estas cifras representan una revisión significativa y se apoyan en el comportamiento reciente de los bancos centrales, que han intensificado sus compras de oro de forma notable.
Compras institucionales más intensas de lo previsto
Según Goldman Sachs, la media mensual de compras por parte de los bancos centrales alcanzará las 80 toneladas en 2025, lo que supone un incremento de 10 toneladas respecto a sus estimaciones previas. Los datos de febrero han sido clave en esta revisión: en ese mes se adquirieron 106 toneladas, cuando se esperaba una cifra cercana a las 70.
Este comportamiento sugiere una apuesta decidida de los bancos centrales por fortalecer sus reservas en oro, en parte como medida de protección ante posibles turbulencias en los mercados de divisas o frente a una pérdida de confianza en otras economías.
Un activo que gana protagonismo en tiempos de tensión
El oro actúa históricamente como valor refugio, y su demanda suele repuntar cuando los inversores buscan estabilidad frente a la volatilidad. La posibilidad de una recesión en Estados Unidos —que Goldman Sachs sitúa en un 45 % en los próximos doce meses— también juega a favor del metal, que se percibe como una alternativa segura ante un posible deterioro macroeconómico.
En este escenario más adverso, el informe del banco no descarta que el oro pueda alcanzar los 4.500 dólares por onza a finales de 2025. Por el contrario, si el crecimiento económico global mejora y se reduce la incertidumbre en torno a las políticas arancelarias, el precio podría estabilizarse alrededor de los 3.550 dólares.
El rally del oro
El incremento del precio del oro en lo que va de año no responde solo a movimientos especulativos. El respaldo institucional, las revisiones al alza por parte de entidades financieras de referencia y el clima de tensión internacional refuerzan la idea de que el rally actual tiene fundamentos sólidos.
Pese a la ligera caída registrada durante la jornada del lunes, los analistas siguen viendo margen para nuevas subidas en los próximos meses. La clave estará en el comportamiento de los bancos centrales, el desenlace del ciclo electoral en Estados Unidos y la evolución de las políticas comerciales internacionales.
El retroceso de abril: el oro pierde su papel tradicional como valor seguro
Sin embargo, esta recuperación llega tras una caída en los primeros días de abril. El lunes 7 de abril, el oro perdió su habitual papel de refugio seguro, cayendo a su nivel más bajo en más de tres semanas, situándose en 3.027,90 dólares por onza.
En medio de un clima financiero dominado por el miedo a una recesión mundial, los inversores se vieron obligados a vender oro para cubrir pérdidas en otros activos, arrastrando su precio un 0,3 % a la baja. Esta caída se sumó a la fuerte pérdida del 3 % registrada el viernes anterior, que se intensificó por la escalada de la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
La disminución se ha explicado principalmente por una necesidad de liquidez en lugar de una pérdida de confianza en el oro. Los inversores, enfrentados a pérdidas en mercados más riesgosos, se vieron obligados a liquidar activos, incluidos los de carácter defensivo como el oro.
Puntos clave
- Goldman Sachs eleva su previsión para 2025 hasta los 3.700 dólares y para junio de 2026 hasta los 4.000
- En febrero adquirieron 106 toneladas, muy por encima de las 70 previstas
- La incertidumbre económica y geopolítica impulsa al oro como valor refugio